Antonio disfruta de una vida privilegiada y trabaja muy duro para que a su familia no le falte nada. Sin embargo, todos se han aprovechado de su debilidad. Su esposa Catalina y sus hijos: Eduardo, Viviana y Javier, no hacen más que gastar el dinero en frivolidades, además de fracasar en los estudios. La crisis estalla cuando llega el cumpleaños de Antonio y ningún miembro de su familia lo recuerda, muy por el contrario, cada uno lo espera en casa con su nueva lista de peticiones. Decepcionado con su familia porque olvidó su onomástico, decide que ha llegado la hora de enmendar su error y les comunica que habrá un cambio radical en la vida de todos: si alguien quiere dinero debe ganarlo con el sudor de su frente. Julieta tiene el corazón roto, dejó a su prometido en el altar. Un día el destino cruza su camino con Antonio y ya nada será igual: ni siquiera ellos mismos.